martes, 21 de agosto de 2007

Aprender a escuchar


En la actualidad, nos vemos expuestos a una serie de cambios, por los que se ve influenciado nuestro entorno. Entre ellos, se encuentran los altos índices de contaminación acústica a la que nuestros oídos se someten diariamente, en especial en la Región Metropolitana. El “ajetreo” diario de una sociedad a la que se le exige “desarrollarse y surgir”, el estrés, y últimamente la “odisea” de llegar al hogar o a nuestro lugar de estudios o trabajo, son sin duda influyentes de la mala comunicación que sostenemos. Pero esta problemática no deriva necesariamente en una mala oratoria o expresión verbal, sino más bien de la poca capacidad que tenemos de escuchar.
Según se señala en “Aula Creativa”, escuchar “….es una función lingüística básica…un proceso a través del cual convertimos el lenguaje hablado en imágenes mentales significativas”
Por otro lado debemos tener claro la diferencia entre oír y escuchar. La primera, según dice Pol Paul Madaula. L en “La música una invitación a escuchar al lenguaje y al aprendizaje”, “…es la percepción pasiva de los sonidos, mientras que escuchar es un acto voluntario que requiere del deseo de usar el oído para enfocar los sonidos seleccionados…”. Además el autor señala que dicha función está íntimamente relacionada con la atención, el cuidado y la concentración.
El no saber escuchar, no sólo significa una dificultad para el desarrollo de los procesos cognitivos, sino que va también en desmedro del establecimiento de relaciones sociales y personales.
En más de una oportunidad hemos escuchado a alguien decir “¿Me estás escuchando?”, y probablemente la respuesta sea un fehaciente “Sí”, cuando en realidad, la mente nos ha llevado muy lejos de lo que intentan decirnos. Pero al encontrarnos al otro lado de la situación posiblemente la molestia al sentir que no somos escuchados se manifieste, tal ves no externamente, pero si en nuestro interior.
Para escuchar activamente, es necesario estar realmente presente, es decir, estar con y para la otra persona. Al no hacerlo, estamos dando el mensaje de desinterés, y desatención, de alguna manera no verbal, le estamos comunicando “No me importas y no tengo tiempo para ti”. Así nos comenta Ana María González en “Técnicas que facilitan la comunicación humana”.
Escuchar no es una habilidad natural. Como cualquier otra habilidad, escuchar requiere entrenamiento para llegar a incrementarse. La persona que escucha, si no está entrenada para hacerlo, tiene tanta desventaja como el mal lector o el orador no adiestrado.
Por esta razón, es que la enseñanza de este aspecto es fundamental en la etapa inicial, siendo responsabilidad tanto de los educadores a cargo, como de las propias familias de los niños.
Para estas últimas, se les recomienda tener claro que el lenguaje comienza en la infancia, siendo ellos sus principales gestores. Hablarle al niño cuantas veces pueda; al darle de comer, al mudar y bañarle. También es recomendable hacer distintas expresiones con la cara, e identificar en voz alta los nombres de los objetos, e ir aumentando la dificultad a medida que avanzan en edad.
En el aula, en tanto, existen ciertas metodologías, como que el profesor desarrolle en los niños una actitud positiva al escuchar, crear situaciones que permitan su desarrollo, facilitar experiencias que favorezcan el crecimiento del vocabulario y el trabajo del lenguaje oral. Generar situaciones para la conversación y discutir acerca de temas acordes a la edad de los niños son también algunas opciones, así también diversos juegos verbales como aliteraciones y rimas, trabalenguas y adivinanzas.
Es importante mencionar la importancia que tiene la música, en el lenguaje. Además de ser un arte maravilloso, sus composiciones y letras no sólo son un aporte en cuanto a conocimiento, como es el caso de las melodías infantiles, sino que a través del sonido favorecen el aprendizaje de “escuchar”.
Entre todo este fantástico mundo de la música, encontramos el Método Tomatis, un programa de entrenamiento auditivo que se desarrolla en fases, cuyo fin es el de…”mejorar la capacidad de escuchar y reducir los problemas relacionados con ello.” (Pol Paul Madaule.L “La música una invitación a escuchar al lenguaje y al aprendizaje”.)

El aprender a escuchar es algo que muchos de nosotros aún debemos reforzar, la mala comunicación de la que somos parte es una realidad. Somos nosotros los encargados de que esta situación no se repita y que las generaciones venideras sean un ejemplo en cuanto a relaciones personales y sociales se refiere.

Bibliografía:
- Aula Creativa: Escuchar, una habilidad que es necesario enseñar.
- La música, una invitación a escuchar, al lenguaje y al aprendizaje
- Juegos Verbales
- The Daily Parent
- Desarrollo del escuchar y del lenguaje oral en NB1: Algunas consideraciones
Metodológicas.

2 comentarios:

Stratego dijo...

Muy buen blog, le felicito.

Aquí os dejo abrir un libro muy útil para que lo miréis, se llama El Gran Juego, y es un gran éxito.

http://www.personal.able.es/cm.perez/Extracto_de_EL_GRAN_JUEGO.pdf

Se trata de un libro de estrategia, ya sea política, militar o de marketing, pues inclusive en la actualidad se dice que emplea en las carreras de empresariales o derecho. Con lo que veas se puede practicar mucho sobre estrategias, autocontrol, PNL, lenguaje verbal y corporal, liderazgo, seducción, manipulación, persuasión y lucha por el poder.

Saludos.

isssitta dijo...

Excelente, muy completo tu blog, me encantaron las imágenes que expones, además de tus publicaciones, eso si te aconsejaría incluir experiencias personales relacionadas con las temáticas.

Saludos
iSa!